Capítulo VI G 堂吉诃德 西班牙语小说选段

·  欧洲网 http://www.ouzhou.cc 日期:2017年10月09日_2017-10-09

  Capítulo VI G 堂吉诃德 西班牙语小说选段Ay, seor!, dijo la sobrina. Bien los puede vuestra merced mandar quemar como a los demás, porque no sera mucho que habiendo sanado mi seor to de la enfermedad caballeresca, leyendo estos se le antojase(随心所欲) de hacerse pastor, y andarse por los bosques y prados(草地) cantando y taendo(唱歌和演奏), y lo que sera peor, hacerse poeta, que, segn dicen, es enfermedad incurable(无可救药的) y pegadiza(粘糊糊的). Verdad dice esta doncella, dijo el cura, y será bien, quitarle a nuestro amigo este tropiezo y ocasin de delante. Y pues comenzamos por la Diana de Montemayor, soy de parecer que no se queme, sino que se le quite todo aquello que trata de la sabia Felicia y de la agua encantada, y casi todos los versos mayores, y qudesele en hora buena la prosa y la honra de ser primero en semejantes libros. Este que se sigue, dijo el barbero, es la Diana llamada Segunda del Salmantino; y este otro, que tiene el mismo nombre, cuyo autor es Gil Polo. Pues la del Salmantino, respondi el cura, acompae y acreciente(增长) el nmero de los condenados al corral, y la de Gil Polo se guarde como si fuera del mismo Apolo; y pase adelante, seor compadre, y dmonos priesa(快), que se va haciendo tarde. Este libro es,

         dijo el barbero abriendo otro, los diez libros de Fortuna de Amor, compuesto por Antonio de Lofraso, poeta sardo. Por las rdenes que recib, dijo el cura, que desde que Apolo fue Apolo, y las musas(诗歌) musas, y los poetas poetas, tan gracioso ni tan disparatado libro como ese no se ha compuesto, y que por su camino es el mejor y el más nico de cuantos de este gnero han salido a la luz del mundo; y el que no le ha ledo puede hacer cuenta que no ha ledo jamás cosa de gusto. Dádmele acá, compadre, que precio más de haberle hallado, que si me dieran una sotana(教士服) de raja de Florencia. Psole aparte con grandsimo gusto, y el Barbero prosigui diciendo: Estos que siguen son el Pastor de Iberia, Ninfas de Henares y Desengao de Zelos.


  当他们赶到堂吉诃德那儿,他已经起床了,不过还在继续喊叫,说胡话,用刀在各处戳来戳去。人们用力把他弄到床上,他平静了一会儿,之后由于神父聊了起来。